Este constructo (deuda odiosa) fue definido por Alexander Sack en 1927, que había sido ministro y especialista de leyes en la Rusia zarista. La deuda odiosa se trata de una deuda que cumple las siguientes premisas:
1.- El gobierno de un país recibe un préstamo sin el conocimiento y aprobación de los ciudadanos.
2.- El préstamos se utiliza para actividades no beneficiosas para el pueblo.
3.- El prestamista está informado de esta situación.
Históricamente, las deudas odiosas han sido la justificación para no pagarlas. Esto ocurrió, por ejemplo, en 1898 con la deuda que dejaron en Cuba los colonizadores españoles, tras la guerra Hispano-Usamericana. Estados Unidos se negó a asumir la deuda por considerarla odiosa. Algo lógico, ¿no?. Muchos otros países lo hicieron durante los siglos XIX y XX. Incluso de forma oculta se hizo en Irak, en este caso sirviendo a los intereses usamericanos. Pero una situación ejemplar es la que dio un pequeño país (rico, pero empobrecido), que estaba endeudado hasta los huesos tras el gobierno de varios ejecutivos neoliberales. Con la llegada del gobierno del presidente Correa, la deuda pasó a ser un objetivo secundario del gobierno, pues la consideraban ilegítima e ilegal... "Ecuador no está en venta", afirmaba su presidente... redujeron el pago de la deuda en un 70%, lo que les permitió invertir en educación, sanidad, infraestructuras y crear empleo...Podría el ejemplo ecuatoriano ser aplicado a Islandia, Irlanda, Grecia y España... ¿Por qué no?.
En el documental "Deudocracia", disponible en la Videoteca de este blog, se desarrollan visual y didácticamente estos conceptos, para que podamos sorprendernos con el método usado para arrebatar la soberanía a los pueblos y la exitosa lucha actual de algunos de ellos.
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