Al ministro que se cayó de un guindo también se le desborda el inconsciente cuando afirma que la "LA REFORMA LABORAL SERÁ EXTREMADAMENTE AGRESIVA". La agresividad de nuestros gobiernos hacia sus gobernados ya viene siendo extrema desde hace un tiempo... ahora la intensifican. El pueblo no es el que obedece al gobierno, es el gobierno el que tiene que obecer al pueblo... y puestos a temer, no el el pueblo el que debe temer al gobierno, al contrario, es el gobierno el que debe temer al pueblo.
La agresividad de nuestros gobiernos ha quedado patente desde los tres poderes, el legislativo (cambiando la constitución con nocturnidad y alevosía y anteponiendo los intereses financieros por encima de los de la población), el ejecutivo (gobernando a favor de los que han creado la crisis -y que son los que más tienen- y pauperizando la vida de las personas) y el judicial (con vergonzantes y nada independientes sentencias, como la recién emitida ayer CONTRA GARZÓN Y A FAVOR DE LA CORRUPCIÓN, que hacen desaparecer toda esperanza en la Justicia -base de la Democracia-). Eso era (y es) extremadamente agresivo, pero al parecer (por si nos sabe a poco) se nos viene encima más según asegura el ministro.
Ellos tienen sus instrumentos para ejercer su agresividad, nosotros tenemos los nuestros para defender nuestros derechos; ellos usan sus instrumentos... ¿y nosotros?.
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