domingo, 7 de febrero de 2016

Europa, Cataluña... dudas

Siempre he mirado con admiración hacia Cataluña, aunque nací y me crié en Madrid y soy hijo de andaluces. Cataluña era y es un centro de propuestas sociales que siempre me atrajeron, desde su tradición de organización y lucha obrera hasta la emergencia de los Centros Sociales Okupados y la Cooperativa Integral Catalana... lo que viene de allí siempre hizo que me identificase con sus gentes. Claro, veía el vaso medio lleno, porque también estaba la cara opuesta, representada por el caciquismo de los Pujol, que al fin y al cabo era mayoritario en las urnas. Nada es perfecto.

Y tan imperfecto es que las sustituciones que hacen 'del Pujol' siguen la misma línea (Mas -de lo mismo- y Puigdemont -requetelomismo o peor-).

Me decían de pequeño, mis padres andaluces, que Cataluña era Europa, algo a lo que no habíamos llegado el resto del Estado. Yo, hoy, no termino de verlo así. Creo que la Cataluña que a mí me gusta es la punta de lanza de la España que a mí me gustaría tener. La Cataluña que me gusta es libertaria y este fenómeno se ha desarrollado en la acción principalmente en nuestras tierras. Cierto que siempre fuimos brutalmente reprimidos (esa es la España que no me gusta), pero una y otra vez nos levantamos de la lona para dar combate.

La duda que me queda es hacia dónde puede avanzar una Cataluña que alza en el poder a un tipo como Puigdemont, que dictó durante su etapa Alcalde de Girona algo tan surrealista como:


y no es que Francia sea hoy día el "Faro de Occidente" de los Derechos Humanos, pero nos recuerdan que para llegar a la senda europea, el Puigdemont, poco tiene que aportar:




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